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 Según un nuevo estudio, cuanto tiempo dura la inmunidad de las vacunas contra el COVID-19.

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 Según un nuevo estudio, cuanto tiempo dura la inmunidad de las vacunas contra el COVID-19.

La vacunación contra el SARS-CoV-2 resulto ser muy necesaria  para contener el impacto de la pandemia. Sin embargo, un grupo de trabajo de la Universidad de Concordia en Montreal, Canadá,  acaban de publicar en la revista The Lancet, que la efectividad máxima de los procesos de vacunación que llegan al 83% entre los 14 y los 42 días de aplicada la serie, los anticuerpos inducidos por la vacuna se reducen a los 6 meses después de la vacunación inicial contra la enfermedad y llega al 47% a los 280 días. Esto explica los calendarios de vacunación diseñados por las autoridades sanitarias de los distintos países.

Según explicó Simón L. Bacon, especialista del Departamento de Salud, de la Universidad de Concordia—“Nuestro objetivo fue investigar cómo cambia la efectividad de la vacuna de una serie primaria contra las infecciones, hospitalizaciones y mortalidad por SARS-CoV-2 desde poco después de completar la vacunación hasta 112 días o más después de las aplicaciones. Queríamos, además, entender cómo cambia la eficacia de la vacuna de una serie primaria más una dosis única de refuerzo desde poco después de la vacunación hasta 84 días o más después de ella; y cuáles son los patrones de efectividad de la vacuna para infecciones, hospitalizaciones y mortalidad contra la variante Ómicron”.

Los especialistas detectaron que los niveles de efectividad de la vacuna también fueron altamente adecuados al inicio (más del 90%), para las hospitalizaciones  y la mortalidad, pero luego de 112 días se redujeron después de la aplicación de la última dosis. “Al observar los datos solo de Ómicron —contó el especialista—, encontramos patrones decrecientes similares, excepto que los niveles iniciales de efectividad de la vacuna no alcanzaron estándares adecuados para infecciones u hospitalizaciones. No está claro qué podría estar impulsando estos patrones en el caso de infecciones con la variante Ómicron, por ejemplo, ya sea una degradación en la inmunogenicidad, cambios en las medidas de salud pública, variaciones en el número de casos y transmisión general, o una combinación de todos estos”.

El estudio de los investigadores de la Universidad de Concordia confirmó que los inoculantes contra el SARS-CoV-2 otorgan una protección estable para evitar hospitalizaciones y muertes a largo plazo, pero es menos eficaz para evitar las infecciones. Cierto es que los refuerzos pueden ser alentadores  para otorgar  cierta protección, pero los resultados señalaron que la efectividad de la vacuna permanece, por un pequeño margen, un índice muy bajo de los niveles recomendados por la OMS. “Nuestras estimaciones de dosis de refuerzo representan predominantemente vacunas de ARNm contra Ómicron —explicó Bacon—, lo que refleja la situación en muchos países. En conjunto, estos datos sugieren que las vacunas brindan una protección razonablemente estable contra las hospitalizaciones y la mortalidad a largo plazo, pero que la protección contra las infecciones es más modesta”.

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