Científicos plantean nuevas hipótesis.
El director de la unidad OVNI del Pentágono, Sean Kirkpatrick, y el físico teórico de Harvard, Avi Loeb, han publicado un artículo en el que plantean la posibilidad de que naves extraterrestres estén volando por nuestro sistema solar y enviando sondas a la Tierra. Según los investigadores, estas naves podrían llegar en forma de basura espacial o como dispositivos autónomos equipados con Inteligencia Artificial (IA). Los científicos sugieren que es probable que cualquier dispositivo funcional incrustado en la atmósfera de la Tierra no lleve entidades biológicas, ya que no sobrevivirían al largo viaje a través del espacio interestelar. Los extraterrestres podrían haber enviado una nave nodriza hace mucho tiempo, con la capacidad de lanzar sus propias sondas más pequeñas para visitar los planetas interesantes por los que pasara.
Kirkpatrick y Loeb sugieren que “un objeto interestelar artificial pueda ser una nave matriz que libere muchas sondas pequeñas durante su paso cercano a la Tierra”. Estas sondas podrían separarse de la nave principal por la fuerza gravitacional de marea del Sol o por una capacidad de maniobra. Con un diseño adecuado, estas diminutas sondas llegarían a la Tierra u otros planetas del sistema solar para su exploración. Los astrónomos no podrían notar el rocío de mini-sondas porque no reflejan suficiente luz solar para que los telescopios existentes puedan notarlo, incluso del poderoso James Webb.
Los científicos sugieren que las sondas tecnológicas extraterrestres podrían usar la luz de las estrellas para cargar sus baterías y utilizar agua líquida como combustible. La Tierra mostraría firmas espectrales de agua líquida y vegetación que podrían atraer la atención selectiva de las sondas. En el artículo, los investigadores sugieren que el propósito general del viaje sería que las sondas puedan propagar el proyecto de sus remitentes y utilizar los recursos disponibles en los planetas para la autorreplicación o la exploración científica. Los científicos enfatizan que, dadas las escalas de tiempo asociadas con el esquema de propulsión discutido aquí, no es razonable afirmar que la intención de cualquier sonda de este tipo lanzada en un pasado lejano tenga algo que ver con la especie humana.
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