Una relación que plasmó la vida del capo en imágenes.
El fotógrafo colombiano Édgar Jiménez Mendoza, también conocido como “El Chino”, se convirtió en uno de los amigos más cercanos del famoso narcotraficante Pablo Escobar, y registró gran parte de su vida a través de fotografías. La amistad entre ambos comenzó en el colegio Liceo Antioqueño cuando eran jóvenes, y se fortaleció gracias a Roberto Escobar, hermano del capo. “El Chino” llegó a ser uno de los coordinadores de la campaña al Congreso colombiano de Escobar en 1982, y sus tomas fueron publicadas en la prensa internacional gracias al reportero Jon Lee Anderson de The New Yorker.
Estos detalles se dan a conocer a través del fotolibro “El Chino: La vida del fotógrafo de Pablo Escobar”, escrito por el periodista colombiano Alfonso Buitrago. El libro también destaca cómo la amistad entre Jiménez Mendoza y Escobar creció y se mantuvo incluso después de que el narcotraficante se convirtiera en uno de los criminales más buscados por las autoridades colombianas y estadounidenses.
El registro visual de “El Chino” de la vida de Escobar incluye momentos íntimos y también situaciones de violencia, como los enfrentamientos entre los carteles de Medellín y Cali. A través de su cámara, el fotógrafo capturó la vida de un hombre que, además de ser el líder de un cartel de drogas, era un padre y un esposo.
El libro ofrece una perspectiva única sobre la vida de Escobar, y se ha convertido en una herramienta para entender la violencia y la corrupción que se vivieron en Colombia durante la década de 1980 y principios de los 90. Además, “El Chino” ha sido reconocido por su habilidad para retratar la vida de un hombre que ha sido objeto de fascinación y repudio por igual en todo el mundo.
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